Echo de menos

[…] conectando nuestras almas con tan sólo cerrar los ojos, y entonces, como si de un truco de magia se tratase, los kilómetros que nos separaban, desaparecían, dejando a la distancia desnuda de emociones. […]

En Un Rincón Del Alma

Echo de menos que me quieran, es decir, que me quieran de verdad, como se quieren los amantes eternos, o como se quieren el sol y la luna.

Echo de menos aquellas llamadas al teléfono de casa o al móvil, a cualquier hora, sin importar el motivo, sólo por el gusto de escuchar su voz. Nuestra voz.
 
Echo de menos esos SMS a las doce de la noche para dar las buenas noches; o los de por la mañana, tan sólo para desear un buen día, y ya de paso decir TE QUIERO. Porque desde que existe el whatsapp, el verdadero amor se está muriendo.
 
Es que estamos matando el amor sin darnos cuenta; ya no miramos a los ojos del que ama, ya no demostramos con pequeños (o grandes) detalles nuestro amor, sino que lo hacemos a través de una mísera pantalla, como si ponerse una foto…

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